La presión de las actividades humanas sobre la tierra y el territorio son un problema emergente en México, y Yucatán no es la excepción. El modelo de agricultura industrial basado en el uso excesivo de plaguicidas provoca la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad y la intoxicación de polinizadores, además de desplazar los saberes tradicionales y fragmentar el tejido social local. En la cosmovisión maya, la madre tierra está estrechamente asociada a los valores espirituales, las creencias religiosas y las enseñanzas tradicionales y, por tanto, es imprescindible tomar medidas urgentes y significativas para cambiar los modelos de producción convencional y detener la degradación de los suelos. Poniendo a las y los guardianes de la biodiversidad al centro para que logren producir mientras conservan los recursos naturales, así como otros sistemas que han demostrado ser sostenibles.
La meta 15.3 del ODS 15 promueve la lucha contra la desertificación, rehabilitación de tierras y suelos degradados, incluyendo las tierras afectadas por la sequía y las inundaciones, esperando lograr un mundo con efecto neutro en la degradación de las tierras. Uno de los indicadores de esta meta es la proporción de tierras degradadas en comparación con la superficie total de un país, estado o comunidad; junto con las acciones que se emprenden en el territorio para dar cumplimento a estos indicadores.
La degradación de las tierras produce inseguridad alimentaria, aumento de los índices de pobreza y de enfermedades prevenibles, así como dietas austeras o desequilibradas. Con base en lo anterior, el discurso debe transitar a la acción para rehabilitar las tierras y los suelos degradados. Para ello, demostramos junto con las comunidades mayas del sur de Yucatán que los microorganismos de monte son aliados para recuperar la productividad biológica del suelo y contribuir a lograr alimentos inocuos. Reconociendo la diversidad biológica desde un enfoque biocultural para lograr su conservación y apropiación desde las lenguas indígenas; por ejemplo, el termino microrganismo es conocido en lengua maya como “sojol lu’um”, “kuxum lu’um” o “kuxum”.
Unas de las medidas más urgentes de desarrollar en este territorio es el establecimiento de un modelo utópico de biofábrica. Estas utilizan los productos propios de los bosques de la región (hongos, bacterias, micorrizas, levaduras) como insumo principal para transformarlas en productos agroecológicos que ayudan a combatir las principales plagas y enfermedades, además de mejorar la nutrición de los cultivos y recuperando la salud y la vida de los suelos degradados.
Los microorganismos son seres vivos tan pequeños que no pueden verse a simple vista, como hongos y bacterias, y se encuentran en todas partes. El suelo es hábitat de millones de microorganismos de gran importancia que son parte de muchos procesos, sobre todo en la transformación de los componentes orgánicos e inorgánicos. Los microorganismos juegan un papel muy importante en la agricultura debido a su capacidad para degradar o romper la materia orgánica y facilitar su incorporación al suelo para que sus elementos sean asimilados por las raíces de las plantas (Jerezano Orduña, M. 2019).
La mayoría de los microorganismos vive cerca de las raíces de las plantas y usan la materia orgánica para producir energía y alimento. Las biofábricas pueden proporcionar las condiciones adecuadas para capturar, reproducir y usar microorganismos en cultivos de interés y recuperar la fertilidad de los suelos (Jerezano Orduña, M. 2019). Hace tres años que se capturan microorganismos en el sur de Yucatán, se reproducen en estado líquido y se inoculan en los suelos degradados para mejorar la productividad. La actividad de los microorganismos es casi nula en un suelo degradado por el abuso de agroquímicos, mientras que en un suelo fértil, la microbiota presente es la encargada de regular los procesos de intercambio entre el suelo y las plantas.
Los microorganismos de montaña tienen las siguientes funciones:
- Descomponen la materia orgánica y compiten con los microorganismos dañinos.
- Reciclan los nutrientes para las plantas y fijan el nitrógeno en el suelo.
- Degradan y desintoxican el suelo de las sustancias tóxicas (pesticidas)
- Producen sustancias y componentes naturales que mejoran la textura del suelo.
Con todas las bondades que nos brindan los microrganismos y su uso en territorio podemos abonar a la consecución del ODS 15 y replicar estas buenas prácticas en otros territorios para recuperar la fertilidad de las tierras y los suelos degradados.
Escrito por Damián Gaspar Caamal Borges
Mentor MY World México
Referencias:
- Jerezano Orduña, M. (2019). Manejo agroecológico de plagas del maíz [Diapositivas de PowerPoint].
- ONU 2015. Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible en https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/