El propósito del ODS 3 es que todas las personas gocen de una buena salud de manera integral, considerando principalmente la salud física, mental y sexual. Para poder alcanzar las distintas metas es indispensable tener en cuenta las condiciones en las que viven las diferentes comunidades, en especial las vulnerables, rurales o con acceso limitado a los servicios de salud, entre las cuales el conocimiento y uso de la medicina tradicional ha sido de gran importancia para la supervivencia.
Sin embargo, los conocimientos tradicionales también son de utilidad en las ciudades para el cuidado de la salud, así como en el tratamiento o prevención de enfermedades reconocidas por la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). Estas prácticas utilizan diferentes elementos naturales como las plantas medicinales que en algunas ocasiones son el único elemento accesible para tratar padecimientos, aunque también se utilizan como complemento de la medicina occidental o alopática.
México tiene una gran historia en conocimientos sobre plantas medicinales que es importante mantener, por lo que en 1975 se fundó el Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales (IMEPLAM), donde se realizaba investigación etnobotánica, fitoquímica y hasta experimental para demostrar los usos tradicionales de manera experimental.
El IMEPLAM resguardó un importante acervo de plantas medicinales y conocimiento tradicional durante seis años. Estos fueron reubicados al Instituto Mexicano del Seguro Social para crear el Herbario de Plantas Medicinales (IMSS-M) del Centro Médico Nacional siglo XXI bajo la coordinación de la M. en C. Abigail Aguilar Conteras.
El IMSS-M cuenta con más de 16 000 ejemplares de plantas de las que se conocen sus propiedades medicinales. El uso de estas plantas ha sido de gran ayuda para mejorar la salud de los mexicanos y habitantes de otras naciones. La información sobre el uso de algunas plantas medicinales es tan antigua que puede encontrarse en códices del siglo XVI y es conservado por el Herbario Medicinal para mantener los conocimientos ancestrales, compartirlos y complementarlos con los conocimientos de comunidades rurales y urbanas de distintas zonas del país. El conocimiento sobre el uso de estas plantas está relacionado con la vegetación de la República mexicana, como matorrales, bosques de pino-encino, selvas, entre otros; en combinación con las tradiciones locales.
El Herbario de Plantas Medicinales está ubicado en el sótano del Centro de Convenciones del Centro Médico Nacional siglo XXI y se enlista entre los museos de la CDMX. La colaboración entre habitantes de distintas partes del país y la experiencia del personal del herbario ha permitido la creación de libros y catálogos para conservar y comunicar los conocimientos de herbolaria que han ayudado a mantener el bienestar de distintas comunidades.
Las investigaciones en etnobotánica médica han permitido recolectar ejemplares e información sobre plantas tóxicas y los remedios que pueden utilizarse para revertir sus efectos. Por lo que ha sido posible impartir cursos de toxicología clínica que funcionan como apoyo al personal de salud.
El herbario colaboró en la creación de la Clasificación de las Plantas Medicinales por aparatos y sistemas del cuerpo humano, la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, la Farmacopea Herbolaria de los Estados Unidos Mexicanos, entre otros textos de importancia científica, tradicional y tecnológica para realizar investigaciones a nivel clínico y preclínico sobre padecimientos y enfermedades. Así como el uso de plantas medicinales en distintas comunidades y la creación de nuevos fitofármacos. Estos trabajos facilitan las interacciones con otras comunidades con información en español, náhuatl, e incluso maya.
La medicina occidental ha avanzado con ayuda de la ciencia y tecnología, desarrollando soluciones que eran inimaginables algunos años atrás. Sin embargo, estos servicios pueden llegar a ser caros y no están disponibles para todas las personas por lo que la medicina ancestral o tradicional es una gran herramienta para lograr el desarrollo sostenible, ya que considera la salud física y psicológica en conjunto. Además de promover acciones en comunidad y considerar la protección del medio ambiente para prevenir y curar enfermedades. Todas estas actividades han sido parte de comunidades rurales o que se encuentran en lugares aislados donde la medicina tradicional se encuentra disponible con parteras, hierberos, entre otros “curadores” tradicionales que son el primer medio de contacto para solucionar problemas de salud.
Escrito por Mariela Rivera Herrera
Pasante de Maestría en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, UNAM